Albita

Alba tiene 57 años. Hace 30 años cruzó el charco porque se enamoró de Nuñez, donde vive actualmente en un hotel con su hijo Jorge, de 32 años. Es una persona de esas que tienen ángel. Se ríe, se tapa la boca y va por ahí robando corazones. Llega con su mochila, una bolsa, un saco de lana y sus anteojos, sin los cuales tendría menos pulso del que tiene. No pinta especialmente bien, pero es agradable y, como hoy por hoy su especie está en extinción, es un placer escucharla contar sus historias de amor con Raúl y sus noches de baile en "Croché". La conocí ayer y es mi personaje del mes.