El recital de Manu Chao estaba lleno de chicos q me hubiesen gustado en el 2003. Lástima que ahora priorizo las cabezas higienizadas y los porros con filtro.
Odio el pogo. No le puedo pedir más a mis piernas que inviertan tal energía, cuando podría gastarla saliendo a correr o estrenando mis sábanas nuevas.
La casa me hizo un planteo. Dice que está aburrida de los en-vano. Quiere ondas encantadas.
Estoy comprando coca-light retornable, y debo retornarla mañana para que no sea pura cháchara. Mañana, día en que termina mi novela de la tarde. Tarde que deberé pasar en la afip para que cambien mi cuil a cuit. Como si esto fuese a cambiar el mundo, claro.
Los dejo, debo terminar Harry Potter, mambo number five.
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