Autorreferencia

El tiempo hace que todo caiga de maduro. Hoy me cerró "estás a prueba" del un sueño que tuve. No era yo. Eran los demás. A prueba es transitar la trampa verificadora a ver si descubrís lo que en el fondo ocurre. En el fondo hay violencia. Hay imágenes de muerte, de llanto desesperado, de castración y de terror. Me gustan las películas de terror porque a sumanera parodian los miedos mas ocurrentes del ser humano. Ojalá yo pudiese reírme de mis miedos como me río del desesperado que corre porque otro lo persigue una máscara de baseball.
A mi, en cambio, me persigue una imagen mía medio borroneada de una Natasha desintegrada que no es, porque nunca fue, la reina de Babesia*.
Cuando guardo los problemas en una cómoda ilusión todo parece frágilmente increíble. Ahora el problema está en que a cambio, decido tener realidades menos fantásticas y atenerme a los hechos. La filosofía es una cosa y la prueba empírica lo que nos arruina la vida. Sería ideal interpretar libremente pero siempre vienen los cables a tierra a estropear el momento.
Hace mucho que no pierdo el control por un rato. Necesito. Tal vez un poco de carretera, estupefacientes y ...
siempre que estoy delirando de golpe llama mi madre.
Creo que quiere que viva con ella. Debe ser difícil que tu bebito tenga otros planes.

Esto de ella, lo otro del otro, y lo de todos.

*Babesia: cuando era pequeña Juliette me convenció durante años de que yo era la reina del reino de Babesia. Babesia era la tierra de los babuasiles. Babuasiles eran pequeños gnomos que vivían trabajando para mí por debajo de la tierra. Estos pequeños velaban por mi felicidad, noche y día sin descanso, aguardando el momento en que yo, la Reina, tomara la decisión de irme a vivir con ellos a la ciudad intraterrenal donde habitaban felices. Un día mi Tío Ruben me llamó por el interno de un hotel, con voz ronca, haciéndose pasar por un babuasil, y así arruinó una construcción mental que había llevado años. No se si el mundo real pero si el fantástico, estallaron en mil pedazos, esa tarde en una montaña de San Martín de los Andes.